Ir al contenido principal

C'est la vie à Port-au-Prince


En Puerto Príncipe la vida comienza más temprano. Son las 6 AM y ya todos están en la calle entre tapones enormes y filas de personas caminando por las aceras, cuando las hay. Caras llenas de sufrimiento, pero con entusiasmo de que ese día encontrarán la comida. Cientos de niños con uniformes de colores carnavalescos caminan a sus escuelas y dan cierta esperanza en medio del caos y la angustia. Un año después del terremoto y las casas siguen en el piso, al igual de los ánimos de recogerlas. Ahora el Cólera entra, al igual que Baby Doc Duvalier, dos plagas simultáneas. Incontrolables.

El olor a carbón de los anafes cubre la ciudad, la música vibrante, guaguas tap-tap. Pocos árboles y muchas casuchas. Ninguna pintada, porque si las pintan, el gobierno les cobra impuestos. De Petiónville a Tabarré, 1 hora y media y solo 12 km recorridos. Calles imposibles de andar si no tienes una jipeta 4x4. Entre recovecos y brincos, miles de casas de campaña yacen en cualquier parque público y rincón disponible. Ellos todavía no tienen techo desde el terremoto.

Entro a trabajar en la oficina a medio terminar. Todos son amables y educados, pero con olor enrarecido. Trabajo como un perro hasta las 12 y llega el almuerzo. Una pizza en la mano izquierda, un mouse en la mano derecha, frente a la pantalla con Twitter, Facebook y GoogleReader. Doy replies, facebookeo, comento, tuiteo. Vuelta al trabajo pero en modo zombie hasta las 6 PM, cuando entusiasmado salgo pensando solo en un baño y la cama. Recovecos y brincos nuevamente.

En el hotel, que realmente es una casa de familia convertida en casa de huéspedes, el servicio es impresionante y personalizado. - "Sir, what do you want for dinner? We have steak, fish or shrimp." Con inglés masticado me dice uno de los 5 sirvientes uniformados. - "Steak" respondo yo. - "Merci beaucoup". Una sopa bien caliente y pan francés de entrada, en lo que llega mi filete importado de 10 onzas. "Tanta gente muriendo de hambre en este país!" - pienso para mi mismo.

Son apenas las 9 PM de la noche y ya se me cierran los ojos. Leo, chateo, tuiteo. La vida en Puerto Príncipe termina más temprano.

(Repetir 7 veces)

Comentarios

  1. Excelente, te felicito. Con tu fabulosa descripción y un poco de imaginación se siente, por un momento, estar en Haití... jejeje

    ResponderEliminar
  2. Gran escrito! Muy bueno, especialmente tu primer párrafo. ;)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Supe

Supe que ya no era joven cuando los video juegos ya no me entretenían tanto como antes. cuando lo importante en un deporte ya no era la diversión, sino que era “saludable”. cuando deseaba comida más light, aunque menos apetecible. Supe que ya no era joven cuando comencé a leer más libros y disfrutarlo. cuando duraba semanas sin ver televisión sin extrañarla. cuando pensaba más en mi futuro que en mi presente. Supe que ya no era joven cuando me lesioné la rodilla y ya no podía correr más. cuando comencé a amar más a las personas por lo que eran y no por lo que me daban. cuando me fascinó el arte y el jazz. Supe que ya no era joven cuando en el espejo vi atónito mi primera cana. cuando mi frente se volvía más grande y mis ánimos más pequeños. cuando mis posibilidades eran muchas pero elegía las más discretas. Supe que ya no era joven cuando me rompieron el corazón más de una vez. cuando me gustaba estar solo y un atardecer me sorprendía. cuando disfrutaba más la noche que el día. Supe qu...

Cosas que sé y no sé

Hay cosas que sé. Sé disfrutar la comida. Sé escuchar música por horas. Sé que me gusta el mar y viajar. Sé ir al cine sólo y preparar omelettes. Sé de café y de internet. Sé de consultoría y fotografía. Sé ganar y sé perder. Sé permanecer callado y escuchar. Sé cantar, buscar y encontrar. Sé de pentagramas y cronogramas. Sé a dónde voy y dónde estoy. Hay cosas que no sé. No sé bailar ni hablar en público. No sé estar sin hacer nada. No sé aburrirme y no sé mentirte. No sé ver sangre y no desmayarme. No sé estar nervioso. No sé burlarme ni enfadarme. No sé beber ni temer. No sé estar contigo ni sin ti. No sé cerrar los ojos y no verte. No sé olvidarte. No sé, no sé!

Cada rostro es una historia

Cada rostro es una historia.  Los ojos siempre tienen algo que contar, expresiones que lo dicen todo. Todos callados y pensativos. Unos leen, otros se lo pierden. Con música en los oídos, para no sentirse solos. Escondidos detrás de una melodía que los acompaña, los mima. El silencio sumado al sonido de rieles dormidos, se les pasa la parada de la estación. Se les pasa la vida. Una sonrisa, miradas esquivas. Una vez, y otra. Se encuentran de nuevo como con ganas de contacto personal. De una buena conversación con un extraño. Pero les llega su parada, y se esfuman. "This is Union Square. Next stop is 23 Street" New York - 12 de Noviembre, 2012. Fotografía: @xgibran